El presidente francés, Nicolas Sarkozy , se ha declarado "muy emocionado" por la acogida "unánime" y "entusiasta" que ha tenido el proyecto de Unión por el Mediterráneo entre los 27 socios de la Unión Europea y que pretende fomentar la cooperación política, económica y cultural entre la UE y los países del norte de Africa y Oriente Próximo.
El siguiente paso es que la Unión Europea tome la decisión formal "de transformar el Proceso de Barcelona en la Unión por el Mediterráneo", según ha anunciado el mandatario francés, que ha negado haber tenido de rebajar sus pretensiones iniciales para embarcar a Alemania en la iniciativa.
Sustituye al Proceso de Barcelona
"Hemos diseñado la Unión por el Mediterráneo porque el Proceso de Barcelona simplemente no ha funcionado", ha asegurado Sarkozy tras presentar su idea ante el resto de los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea durante la Cumbre de la UE.
"Barcelona fue una buena idea, una buena intención", ha afirmado Sarkozy, pero "no ha funcionado por razones muy simples: trataba como a niños a los países del sur, y la diferencia es que ahora serán tratados en pie de igualdad" y "con una estrategia".
Afirmó que el único cambio en la redacción actual frente a la proposición que presentó en campaña electoral para mejorar las relaciones entre la Unión Europea y los países del Mediterráneo ha sido el nombre "propuesto por el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero".
Francia denominaba inicialmente la propuesta como "Unión del Mediterráneo", y España "Unión Euromediterránea".
Apoyo de Zapatero
El líder galo ha recalcado el apoyo a la propuesta de Zapatero, al igual que el presidente de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, o el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende.
Según Sarkozy, también lo ha hecho la canciller alemana, Ángela Merkel, que ha defendido el "texto franco-alemán" y su estrategia para recabar apoyos, primero de los países europeos y mediterráneos, después de los africanos, y más tarde de Alemania. "¿Cómo creamos Europa? Acercando a Francia y Alemania para crear la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, y después vino lo demás".
Sarkozy propuso en campaña electoral en mayo del pasado año una unión política, económica y cultural a ambos lados del Mediterráneo que obtuvo un apoyo con matices de Madrid y Roma, además de algunos países norteafricanos, pero que despertó los recelos de Alemania.
Según Merkel, al principio la idea le suscitaba algunas inquietudes, entre ellas la de asistir a un proyecto excluyente que pudiera abrir grietas en la cohesión comunitaria.